lunes, 15 de noviembre de 2010

MACAS, 8:30 P.M.



“La ciudad ira en ti siempre, volverás
A las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegara tu vejez;
En la misma casa encanecerás.”
 Kavafis


Macas así te recuerdo:
Como cuerpo desnudo que gime azotado por caballos
Como fruta nocturna derramada en la plegaria de lo humano.
Como un iceberg de origen que baña el ombligo de los astros
¿Que aliento divino liberó este continente de equilibrio?
Hogar vertical de siglos y sagrarios, fuente de cosecha.
Selva de bellas noches y claveles desvenados.

Oh lejana de mis parpados, horizontal pulso de vigilia.
El exilio como perros noctámbulos lamía mis llagas de saliva. 
Camino por calles que no recuerdan ni sus nombres.
Daría este trasnochado coro de edificios
Por tu cielo raso, por ver el ave ensangrentada
Que llorara en el racimo de las aguas
Para humedecer tú campo.

Como volver.
Como sembrar mis huesos en tus fachadas ociosas,
En tus árboles que se acuerdan de las fechas.
Como enredarme en tus brazos.
No quiero ver semáforos, ni plazas públicas
Me canso la soledad atroz de los relojes,
El alumbrado de la gran ciudad con su condena de sonámbulo me aburre
Me avergüenza la coca cola  light y los raros electrodomésticos
Me cansó el tráfico de insomnio que nos ata a las
Lágrimas y a la feroz locura de buses y de llaves.
A los rostros de estrés oscurecidos como juicios.

Macas así te recuerdo;
Como Venus de mito y tierra de estirpe, 
Como sed que ansía los rebaños de la sal, como grito de réquiem
Aunque todo esto se disuelve en una nostalgia de asfalto
Y solo queda el sordo llanto de mi ciudad que se aleja.



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