lunes, 15 de noviembre de 2010

APOCALIPSYS


De pronto la negra estela de sombra
Cubrió la cuidad infinita
El goce muerto del llanto y el bastardo
Desinterés por la vida opaco el cristal
De los automóviles y las calles como
Espinas en un rictus de ahogada esperanza
Tus manos temblaban en la mitad de mi rostro
Y mi rostro buscaba tus rodillas.
-no podemos huir de la isla de los desesperados-
La oración del fuego limpiaba su condena
Entre escombros de falsa idolatría
No recuerdo tus últimas palabras, ni tampoco tus gestos
Guarde la imagen de tu muerte,
Como una cruz para mis ojos muertos.

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